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Hace poco cumplí 40 años. No sé por qué, cuando llegas a esta edad, tiendes a hacer balance de tu vida; a nivel personal y a nivel profesional. Y si se trata de hacer balance, buscas referentes y personas con las que compararte, y lo lógico es hacerlo con la gente que te rodea, con las personas que han sido tus referentes; en mi caso, mis padres.

Y si hay una palabra que gana con goleada a la hora de definir la vida profesional de mis padres, de las personas de su generación, es la estabilidad; que sí, que han sufrido recesiones y cambios sociopolíticos de gran relevancia, pero en el cómputo global de su vida profesional, nunca han tenido la incertidumbre laboral y profesional que hoy en día tenemos. Porque si hoy en día hay una palabra que gana por goleada nuestra situación laboral es la inestabilidad.

La revolución tecnológica está acelerando exponencialmente los ciclos económicos que décadas atrás podían darse en periodos de 10 años, a ciclos de 1 o 2 años. Y esto tiene una clara connotación en el ámbito profesional; pasamos de tener profesionales sedentarios a nómadas profesionales. Y no me refiero a nómadas en el sentido de la movilidad, que también; sino a nómadas en el sentido de camaleones profesionales sobreviviendo en un entorno profesional complejo que nos empuja a readaptar nuestras competencias cada …¿2, 3 años?

Yo no sé dónde va a estar PixelsHub en 5 o 10 años. O ni siquiera si va a seguir viva. Porque la realidad es que la irrupción tecnológica está siendo tan frenética, y la realidad empresarial tan reactiva a ésta, que la brecha que hay entre la tecnología y el mercado es cada vez más grande. Y esto, a medio plazo, puede suponer una enorme ruptura en la inversión de las compañías en todo lo relativo a lo que hacemos “las tecnológicas”.

Esto merece una reflexión profunda. Existe tanta oferta tecnológica, y el ritmo de los avances es tan frenético que asusta. Pero lo que asusta aún más, es habernos dado cuenta hace relativamente poco que en todo este proceso hemos dejado de lado a las personas. Y las personas son las que forman nuestros equipos, son nuestros clientes y proveedores,  nuestra sociedad en general.

Algo estamos haciendo mal.

Por todo ello, desde hace ya unos años intentamos transmitir a nuestros clientes y colaboradores 3 reglas fundamentales a la hora de realizar un proceso de transformación digital;

Las personas como centro del proceso, garantizando que la empresa pone las herramientas suficientes para que los equipos;

  • Sepan hacerlo, lo que implica formación
  • Quieran hacerlo, lo que implica concienciación
  • Puedan hacerlo, lo que implica inversión

Por tanto, si los protagonistas de esta transformación digital son las personas, y la nueva realidad nos está llevando a hablar de nómadas profesionales, tenemos ante nosotros lo que puede ser una gran crisis laboral.

¿O es realmente una gran oportunidad? Sin duda, me quedo con esta opción. ¡Aprovechémosla!

Foto de Milan Popovic en Unsplash

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